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¿CÓMO APRENDEN LOS ADULTOS OTRO IDIOMA?

Una solicitud reciente de un cliente potencial me dio la idea de escribir sobre este tema. El interesado quería un curso semiprivado de inglés para su mujer y su hijo de ocho años. Su lógica era sólida: formar a su hijo y a su mujer al mismo tiempo. Esto motivaría a ambos y podrían practicar juntos.
Pero la realidad es algo distinta. Porque la forma de aprender de un niño es distinta de la de un adulto.
Por supuesto, hay escuelas de idiomas que pueden ofrecer este tipo de formación; ofrecen cursos tanto para niños como para adultos. De hecho, hemos transmitido esta petición a otra escuela.
Pero en Langage d'ici, hemos decidido centrarnos exclusivamente en la formación de adultos, y nuestros profesores son contratados teniendo esto en cuenta.
Pero, ¿cuáles son las diferencias entre el aprendizaje para niños y para adultos? ¿Y por qué es importante para usted?
En primer lugar, ¿hablamos aquí de andragogía? Sí y no. Esta disciplina relativamente reciente aún está en desarrollo y, aunque algunos de los conceptos están tomados de este enfoque, no estamos hablando sólo de andragogía como tal. En nuestros cursos en grupo utilizamos una combinación de pedagogía y andragogía. Nuestros cursos privados pueden acercarse más a la andragogía, pero seguimos conservando ciertos aspectos de la pedagogía.
Motivación
La motivación de un adulto para aprender es muy diferente de la de un niño. En general, los adultos tienen una motivación intrínseca. En nuestro campo concreto, el alumno querrá comunicarse mejor con sus colegas, clientes, empleados de otras sucursales, su entorno en caso de mudanza, etc. Esta dimensión necesita ser "orientada" y "alimentada" por el formador, pero en general, el formador no tiene que crearla. Para el niño, la motivación suele ser extrínseca. A veces, vendrá de fuera del aula: generalmente, con presiones sociales, escolares y paternas. Pero también puede ser creada por el profesor, que organiza actividades con recompensas diversas (notas, clasificaciones, honores, etc.). Esta dinámica es muy diferente.
Sin embargo, a veces vemos adultos que necesitan una motivación extrínseca. Es el caso de los adultos que se sienten obligados a aprender un idioma para conseguir un trabajo o porque se han trasladado a una región donde se habla una lengua diferente a la que se utiliza en su campo. A veces es el caso de los informáticos. Tendrán dificultades para aprender francés porque la lengua utilizada en informática es el inglés. No siempre es fácil ni motivador aprender la lengua de Molière. Por eso el profesor debe destacar las ventajas culturales, contextualizar e inculcar el amor por la lengua.
Algunos niños encontrarán su pasión. Para ellos, la motivación será intrínseca. Estos jóvenes, que sienten un gran interés por una ciencia, un deporte, la música o el teatro a una edad temprana, harán los sacrificios necesarios para dominar la actividad, se tomarán su tiempo y necesitarán orientación más que motivación. Habrán visto a familiares o seres queridos tener éxito en una actividad y habrán sentido una retroalimentación positiva cuando lo intentaron ellos mismos: habrán tenido un éxito precoz cuando tocaban el piano, jugaban al baloncesto o entendían rápidamente los problemas de matemáticas. Son poco frecuentes, pero existen.
Capacidad de atención y estimulación
La capacidad de atención de un niño progresa rápidamente, alcanzando entre 16 y 24 minutos a la edad de 8 años. Se trata de un tiempo similar al que parece reconocerse como óptimo para un adulto, aunque no parece haber consenso. Algunos estudios apuntan a 10 minutos, otros a unos 50 minutos (véase este artículo para una descripción de los distintos enfoques y parámetros que influyen en la capacidad de atención de un adulto). Pero lo que más influirá en la capacidad de atención es el tipo de actividad. Los niños tenderán a estar más atentos cuando realicen una actividad física. Los adultos, en cambio, pueden mantener la atención estando más pasivos (lectura, cursos online, etc.). En cualquier caso, el nivel de interés por el tema será muy importante. La calidad de los formadores desempeña un papel importante. En el caso de los niños, para un rendimiento óptimo, es aconsejable dividir los cursos en pequeñas actividades y luego hacer un cambio. Lo mismo se aplica a los adultos, pero el cambio puede ser menos significativo: cambiar la diapositiva, mostrar un gráfico, hacer preguntas, etc. Así que cuando hablamos de la dinámica de una clase, es muy diferente cuando un curso está diseñado para un adulto que para un niño.
Transferencia inmediata
Por lo general, a los adultos les interesa ver que lo que aprenden tiene una repercusión rápida y real en su entorno. Si hablamos de cursos de idiomas, quieren ver una mejora en la comunicación con sus compañeros, quieren entender el vocabulario que utilizan, quieren participar en reuniones, etc. Esa es una de las razones por las que hacemos vocabulario específico para el lugar de trabajo y nuestras actividades de conversación van en la misma dirección. Por supuesto, hay que llegar a ciertos compromisos incluso con grupos de la misma empresa, por ejemplo en el sector minero, porque en una empresa hay departamentos de recursos humanos, finanzas, operaciones, marketing, etcétera. El lenguaje "minero" sólo se utilizaría unas pocas veces. Y el vocabulario específico de recursos humanos es diferente del de finanzas, pero intentamos incluir todas estas realidades. Para los alumnos de otro país, el vocabulario que será importante es el de desenvolverse en la vida cotidiana. Así pues, la dimensión "específica" se determina en función de las necesidades, prioridades y objetivos de aprendizaje de los participantes.
Para los niños, la relación entre causa y efecto suele ser más remota. Pueden aprender matemáticas, pero sólo pueden utilizarlas en las clases o en los exámenes. Esto es especialmente cierto cuando pasamos a las matemáticas más avanzadas. Así que puede haber un desfase entre aprender y utilizar. Sin embargo, un curso de música para un alumno que está practicando para el concierto de fin de curso será de gran interés. La psicología es similar, pero el objetivo es diferente. Para los adultos, queremos ofrecerles herramientas que les ayuden a desenvolverse mejor en su vida cotidiana. Para los niños, queremos darles los conocimientos básicos que necesitan para desenvolverse en el mundo actual y explorar sus capacidades.
Flexibilidad
La flexibilidad es quizás el pilar más importante de nuestro enfoque. Por supuesto, tenemos nuestra parrilla pedagógica que determina todos los objetivos de aprendizaje para cada nivel. Nuestros profesores pueden adaptarse a las necesidades, los retos y el ritmo de aprendizaje de los alumnos. Pueden variar el orden de los objetivos, avanzar y retroceder y, sobre todo, diseñar un plan de clases adaptado. Ese es nuestro punto fuerte.
Pero para algunos adultos, alejarse de la enseñanza rigurosa puede ser fuente de confusión. Sobre todo para los profesionales que llevan años estudiando de forma más tradicional. Para ayudar en esta pérdida de orientación, utilizamos ciertas técnicas.
Para algunos niños que se han trasladado con sus padres a una región donde se habla otra lengua, es necesario. Pero, por lo general, estos niños aprenderán la lengua en la escuela, con sus compañeros y en las clases de acogida. A esa edad son esponjas y aprenden muy rápido. Rara vez acaban en escuelas privadas de idiomas. Para los demás, un enfoque basado en las necesidades es poco realista, porque rara vez tendrán necesidades. Hablan con sus padres, amigos y compañeros de clase en la lengua adecuada. Aprender otra lengua les abre puertas, pero no le ven sentido a corto plazo. Por tanto, la formación debe reflejar esta realidad, y nuestro enfoque puede no ser el más adecuado a las circunstancias.
Por supuesto, hay otros aspectos que no hemos tocado en este artículo, pero estos son, en mi opinión, los puntos importantes.
Si tiene alguna pregunta o comentario, no dude en preguntar.